La escasa presencia de encuestas asociadas a la efectividad de los programas de Gobierno de Datos dificulta la tarea de evaluarlos, sobre todo porque, en general, no se están enfocando en eso.
Sin embargo, un gran número de empresas de distintas industrias están apostando fuertemente a este tipo de programas, pero tienen poca claridad del alcance, efectividad, nivel de apalancamiento organizacional y por sobre todo del impacto generado.
Al embarcarse en una tarea de este calibre, muchos equipos recurren al clásico enfoque del Data Management basado en el modelo de DAMA con su conocido círculo.
Este modelo, que no debe ser confundido con una metodología, tiende a generar iniciativas que buscan establecer de manera transversal los mecanismos para asegurar y generar la gobernabilidad: responsables organizacionales, políticas, herramientas de control, desarrollo de assessments, evaluación de la protección de datos. Esto conlleva a una planificación ambiciosa para garantizar al comité ejecutivo que el tema está siendo considerado con la debida “seriedad”.
Toda esta complejidad aparente del desarrollo de un Gobierno de Datos se debe a su naturaleza multidimensional, que involucra muchos frentes de trabajo:
1. Establecer una oficina, estructura y roles (dueños, custodios, champions)
2. Diseñar el programa y/o plan de acción con las iniciativas identificadas
3. Identificación y levantamientos de los dominios de datos y sus atributos
4. Definición de políticas, artefactos y procesos de control
5. Entrenamiento de los futuros roles
6. Gestión del Cambio para mitigar los impactos y trabajar las resistencias
7. Establecer un mecanismo de seguimiento o “coaching” a equipos de datos para adoptar los elementos de Gobierno
Visto de esa manera, sí, es mucho trabajo. Pero es posible hacerlo distinto. Y no solo eso, poder hacerlo distinto será lo que aporte ventajas valiosas para la organización: mayor garantía de datos fiables y de calidad, optimización y reducción de costos, así como mayor seguridad en los datos.
